Siempre se renuevan las ilusiones ante nuevas oportunidades. El esfuerzo y el sacrificio fueron dos de las virtudes que Hebraica transmitió durante la temporada pasada y como todo logro, la capacidad y el intento de superarse a sí mismo nos lleva a querer mejorar.

Con un ambicioso proyecto desde las propias inferiores, el conjunto de Pilar creció en muchos aspectos y elevó aún más las expectativas para lo que viene. Después de partidos históricos en 2017 como aquel triunfo en Villa Urquiza ante Pinocho o la gran victoria en cancha de Boca, el duelo a tres encuentros ante Barracas en los Playoffs marcó un antes y un después para la historia de Hebraica en el Futsal de AFA. Tribunas repletas con hinchas y jugadores que no dejaron de alentar incluso hasta el último segundo de aquel tercer partido. El año pasado se reflejó el valor que implica disfrutar una victoria, pero aún más el aprender de las derrotas. Competir nos hace querer siempre un poco más, de eso se trata un deporte o incluso la vida misma. Podríamos conformarnos y aceptar aquello que ya se alcanzó o bien tomar todo eso que ya se vivió para intentar superarlo.

El sábado todas las categorías comenzarán una nueva historia, la Primera buscará esa superación de sus propios logros, se plantearán nuevos desafíos con equipos nuevos como la Tercera, la Cuarta y la Quinta o equipos que continúan creciendo como la Sexta y la Séptima, además de los más chicos, de la Octava División, que tendrán su primera experiencia competitiva en AFA. La suma de todas aquellas sensaciones son el fiel reflejo de lo que significa Hebraica. El sábado vuelve el deporte que tanto disfrutamos. El sábado vuelve el Futsal. ¡Vamos Hebraica!

Por Ariel Edelstein.