Hebraica visitó a Independente en Villa Modelo con la ilusión de volver a la victoria tras tres empates en fila. En un encuentro cambiante en el resultado, el local se llevó un triunfo agónico en la última pelota. El miércoles hay revancha rápido por la Copa Argentina. ¡Vamos Hebraica!
De una serie de empates en el momento en el cual se corta esa racha, se estira un invicto positivo sin perder o negativo sin ganar. La perspectiva siempre debe ser hacia delante en un torneo donde predomina la igualdad.
El quinteto titular tuvo a Fede Arruguete en el arco, Pablo Pastor, Ari Birencwaig y Gabi y Mati Edelstein. Ingresaron Rodri Escosteguy, Elio Giupponi, Franco Castrilli, Facu Schusterman, Gastón Broggia y Lautaro Mendez. Completaron el banco Nico Kravetzky y Maxi Jarast.
El primer tiempo tuvo a Hebraica como dominador del juego, moviendo la pelota y generando situaciones en ataque. A los 6 minutos Pablo Pastor gritó el primero con una definición cruzada tras recibir de un córner. Parecía que llegaba el segundo del conjunto de Nacho Cabral pero Independente construyó una buena jugada colectiva casi en el cierre de aquella etapa para igualar el encuentro y dio vuelta el resultado a 30 segundos del final. Un 2-1 extraño por como se había dado esa primera mitad.
La parte final aumentó su intensidad en cuanto al juego y Hebraica llegó al empate a los 7 minutos con el debut en la red para Lautaro Mendez con una definición desde la derecha. A los 16, Mati Edelstein gritó el 3-2 e penal pero el desenlace no sería el deseado para Hebraica. Independente llegó al empate a dos minutos del final después de un tiro libre muy polémico y sobre la chicharra aprovechó una recuperación rápida para gritar el 4-3 definitivo.
Una sensación similar a aquel encuentro con 17 de Agosto en la primera rueda donde los de Villa Pueyrredón se quedaron con la victoria por 3-2 en la última pelota del encuentro. El miércoles ya hay una rápida revancha ante Gimnasia por los Octavos de final de la Copa Argentina en Ferro. El camino es largo y tiene resultados extraños de los cuales se aprende mucho más que en las victorias. ¡Vamos Hebraica!
Por Ariel Edelstein.