Playoff: Golpe a la ilusión

Hebraica visitó a Ferro en Caballito por la vuelta de los cuartos de final con la necesidad de ganar para seguir una instancia más. Fue uno de esos partidos donde la adversidad en el propio juego terminó mostrando una versión que no refleja el año de este equipo. Difícil analizar, solo escribe el corazón. ¡Vamos Hebraica!

Cronica-Vuelta

No fue lo que nadie imagino. Ni siquiera el hincha más optimista de Ferro. Después del 0-0 del domingo en Villa La Ñata, en lo que fue un encuentro muy cerrado de ambos lados, la definición en Caballito se esperaba similar, apretada hasta su desenlace. Sin embargo el resultado definió el partido en apenas 8 minutos de juego.

Quinteto titular habitual en el año con Fede Arruguete en el arco, Ari Birencwaig, Pablo Pastor y Gabi y Mati Edelstein. Ingresaron Elio Giupponi, Facu Schusterman, Franco Castrilli, Lautaro Mendez, Fede Entenberg y Rodri Escosteguy. Completaron el banco Nico Kravetzky, Maxi Jarast y Lauti Franco.

El análisis del partido puede resumirse en sus primeros 8 minutos. Ferro presionando la salida en busca del error rival y Hebraica intentando jugar con la pelota en zona defensiva. Los de Caballito nunca perdieron el orden y los de Nacho Cabral sufrieron sus propias imprecisiones. Ya con el marcador 3-0, aún con mucho tiempo por jugar, se percibía que la jornada sería adversa.

La segunda parte tuvo intentos con Facu Schusterman de arquero jugador pero las pocas ideas también se encontraron con un arquero local muy firme. El 6-0 definitivo no resume ni se acerca al nivel que el equipo supo mostrar durante la temporada.

Suena injusto, hablando siempre en niveles deportivos, que este grupo termine de esta forma el año por el trabajo y el sacrificio de cada uno. Cuando la ilusión es tan grande, con fundamentos y por construcción propia, el golpe se sufre de la misma manera. Pero esa sensación que vivimos todos, desde jugadores y cuerpo técnico a dirigentes, familiares e hinchas de Hebraica, es un reflejo que el presente no es casualidad. Hoy el resultado final parece vencer a todo análisis y predomina el sentimiento. Ya habrá tiempo para renovar ilusiones, las mismas ilusiones que condicen lo que significa entender el dónde estamos hoy. Más que nunca, ¡Vamos Hebraica!

Por Ariel Edelstein.

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