Hebraica visitó a Villa La Ñata en Benavidez con el objetivo de sumar los primeros puntos en el certamen. Como se esperaba, y como ya cuenta la historia, se vivió un partido de plena intensidad de principio a fin. Cambios en el resultado, situaciones para ambos equipos, presión muy alta en la salida y 10 goles escribieron una de esas noches de batallas de futsal. Punto de partida para comenzar a creer, afianzarse y a encaminar un equipo que quiere seguir escribiendo esa historia. ¡Vamos Hebraica!
A veces la propia historia es capaz de anticipar hechos o reafirmar momentos. La visita de Hebraica a La Ñata prometía un encuentro frenético, quizás algo desordenado, pero con un nivel de intensidad difícil de explicar. Todo eso se vivió en la tarde noche de Benavidez entre dos equipos que saben dar batalla hasta el final.
Quinteto titular con Nico Kravetzky en el arco, Ari Birenwaig, Pablo Pastor, Mati Edelstein y Nico Lamas. Ingresaron Gabi Edelstein, Santi Escande, Lean Ataides, Axel Perez y Rodri Escosteguy. Gonza Carballo completó el banco de suplentes.
Hebraica intentó mantener la presión bien alta desde el primer minuto de juego. A los tres, Lean Ataides definió cruzado para gritar su primer gol con la camiseta de Hebraica. En los diez minutos siguientes, el equipo de Nacho Cabral tuvo al menos tres ocasiones muy claras para aumentar el marcador pero falló en la definición. La Ñata igualó a través de un tiro libre y pasó a ganar el partido. Mati Edelstein empató tras una gran jugada con Pablo Pastor y Nico Lamas que lo asistió en el segundo palo. A 13 segundos del cierre de aquella etapa, otra vez el equipo local pasó al frente. Un resultado extraño por lo visto por ambos conjuntos, pero no sorpresivo por como suelen darse este tipo de encuentros.
En la etapa complementaria, La Ñata aumentó a los 4 minutos pero Nico Lamas descontó treinta segundos después. Tras varias situaciones, el naranja volvió a sacar dos de diferencia con un remate desde afuera y el encuentro parecía lejano para Hebraica. Sin embargo, Pablo Pastor acercó a los de Nacho Cabral y renovó las esperanzas de toda la gente de Hebraica que se acercó a alentar al equipo. Mati Edelstein gritó el ansiado empate en un contraataque y con varios minutos en el reloj se percibía un futuro incierto. Así fue que Ramirez se fue expulsado por una falta sobre Nico Kravetzky. Mati Edelstein remató la sexta falta y la pelota se estrelló en el travesaño. Mas allá del hombre de más, Hebraica no encontró chances claras y el 5-5 no se modificó.
En un torneo de tanta paridad que recién llegó a su tercer escalón del camino, Hebraica sumó uno de esos puntos de partida para empezar a crecer. Un empate que dejó mucho para rescatar y como siempre, factores a mejorar para afianzarse como equipo y grupo dentro de la cancha. La próxima semana continuará el camino cuando sea momento de recibir a Ferro en Pilar. ¡Vamos Hebraica!
Por Ariel Edelstein