4tos de final: «Corazón celeste»

Hebraica enfrentó a San Lorenzo en Alvear por los cuartos de final de la Copa Argentina con la ilusión de alcanzar su primera semifinal en la historia. Tras el duelo en la Copa de Oro, los dos equipos no dieron respiro, cubrieron espacios y construyeron un partido muy estudiado. Sin embargo, y después de estar abajo 2-0 en el marcador, el equipo de Nacho Cabral lo empató con arquero jugador y festejó tras 14 penales ejecutados en una definición con el corazón en la mano. Los abrazos y la emoción del final resumen una noche que quedará en la historia del club. ¡Más que nunca, vamos Hebraica!

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Quizás es imposible de escribir esta crónica. No tiene palabras que ejemplifiquen el desahogo del final de los penales. Para jugadores, cuerpo técnico, dirigentes e hinchas que lo vivieron en la cancha o por las redes sociales. Es difícil resumir que apenas representó una instancia de cuartos de final, pero el rótulo del encuentro solo refería a eso; todos sabían que significaba muchisimo más.

Quinteto titular con Nico Kravetzky en el arco, Ari Birecwaig, Nico Lamas, Mati Edelstein y Pablo Pastor. Ingresaron Gastón Broggia, Santi Escande, Lean Ataides, Axel Perez, Tomi Giaconi y Rodri Escosteguy. Gonza Carballo completó el banco de suplentes, con una gran sorpresa guardada para el cierre de la noche.

El primer tiempo casi que no tuvo situaciones de peligro para ninguno de los dos equipos. Mucho estudio, mucha marca, pocos espacios. Recién a los 7 de la segunda parte, San Lorenzo abrió el marcador a través de una pelota parada. El único medio que parecía romper el partido en Parque Avellaneda. Un pelotazo largo le permitió a Stazzone definir para el 2-0, con casi 7 minutos por jugar. Nico Kravetzky evitó lo que podía haber definido el encuentro en un toque de Salgues tras un contraataque.

El equipo de Nacho Cabral no se desesperó. Mostró paciencia y con Ari Birencwaig de arquero jugador llegó al descuento a través de Lean Ataides. El 2-2, muy festejado por toda la gente que acompañó en la fría noche de miércoles, llegó desde los pies de Nico Lamas con apenas dos minutos en el reloj. San Lorenzo buscó apretar con Bolo de arquero jugador en el final pero el pasaje se definiría por los tensos penales.

Y así fueron, tensos, como la palabra justa para definirlos. Mati Edelstein, Santi Escande y Nico Lamas convirtieron los tres disparos reglamentarios, pero los de Boedo también marcaron. Así pasaron Rodri Escosteguy, Tomi Giaconi, Axel Perez y Ari Birencwaig. Gonza Carballo le cambió a Nico ese último penal y tapó el remate del jugador de San Lorenzo para sentenciar el 7-6 definitivo y el grito desde el corazón.

Son momentos que se construyen con muchisimo esfuerzo y sacrificio, cada uno desde su lugar. No son de  casualidad. La noche del miércoles 14 de agosto será un reflejo de que nunca hay que bajar los brazos, que todo ese camino a veces nos deja disfrutar esos pequeños instantes que el tiempo los hará aún más grandes. Es verdad, empecé diciendo que solo era cuartos de final y la ambición de un equipo siempre crece ante la adversidad y aún más en los desafíos. Pero esta semifinal que se aproxima ante Boca será la primera que tenga a Hebraica entre los cuatro mejores de un torneo. Se disfruta como los abrazos, las lágrimas de emoción y el festejo del final. Se aprende de las derrotas, se sueña en grande y aparecen nuevos horizontes, nuevos objetivos. Hay que seguir manteniendo viva la ilusión que esta camiseta representa. Con el corazón celeste en la mano, Hebraica es semifinalista de la Copa Argentina 2019.

Por Ariel Edelstein.

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