Hebraica recibió a 17 de Agosto en Villa La Ñata por el duelo decisivo de la serie de cuartos de final con la ilusión de lograr la tan ansiada clasificación. Ante una hinchada tremenda que sufrió y cantó con el corazón, el equipo de Nacho Cabral sacó la diferencia en la segunda mitad, defendió los avances con arquero jugador y festejó el pasaje a semifinales en una noche que quedará en la historia del club. ¡Es un sentimiento, no puedo parar! ¡Vamos Hebraica!
¿Por donde empezar esta crónica? Quizás desde aquel día uno en 2017 donde un proyecto ambicioso comenzó a forjarse; quizás después de esa apretada caída con Barracas en los playoff de ese año que ya dejaba muchas cosas para soñar; o esa despedida injusta por las formas con Ferro en 2018 también en cuartos de final. Pero este deporte, como la vida misma, siempre tiene otro capítulo para escribir. La noche de este sábado 9 de noviembre quedará en la historia de un equipo con un sacrificio y unas ganas inexplicables de superarse, de nunca bajar los brazos para lograr sus propios sueños.
Quinteto titular con Nico Kravetzky en el arco, Ari Birencwaig, Pablo Pastor y Gabi y Mati Edelstein. Ingresaron Lean Ataides, Nico Lamas, Santi Escande, Axel Perez, Rodri Escosteguy, Tomi Giaconi y Gastón Broggia. Gonza Carballo completó el banco de suplentes.
Ante un marco de público impresionantes de Hebraica, Mati Edelstein recuperó en mitad de cancha en los primeros minutos de juego y definió con un remate potente y esquinado para gritar el 1-0. Pablo Pastor estiró la diferencia después de la expulsión de un jugador de 17 de Agosto. El equipo de Villa Pueyrredón apretó más arriba y fue superior en esos 10 minutos restantes del primer tiempo, donde llegó al descuento e igualó el marcador antes del descanso.
En la etapa complementaria, otra vez Mati Edelstein definió cruzado para el 3-2 y Gabi Edelstein marcó un golazo tras recibir de un córner en la derecha para estirar la distancia. El equipo defendió con el corazón y Nico Kravetzky tuvo varias intervenciones claves para mantener la diferencia de dos. El sonido de la chicharra cuando el reloj llegó a su fin provocó un desahogo y un festejo tremendo de toda la gente que acompañó en Benavidez.
A veces nos cuesta medir la importancia de alcanzar una meta y el tiempo es lo único que nos ayuda a entender, quizás mucho más adelante. Este equipo, que representa y trasmite un sentimiento dentro y fuera de la cancha, construyó este presente con mucho trabajo y con esos golpes que engrandecen aún más estos momentos de felicidad. Obviamente que los sueños parecen siempre pedir más, siendo que vivimos de esas ilusiones que nos mantienen vivos, pero hoy se logró escribir la historia, esa que con los años se va contando y se convierte en leyenda. Hoy fue uno de esos días donde un sueño se hace realidad. Más que nunca, a todos los que sentimos esta pasión por lo que hacemos y lo que representa esta camiseta, cada uno desde su lugar, con el corazón en la mano y abrazos llenos de lágrimas, es un sentimiento que no puede ni va a parar. Esto es Hebraica Futsal. Vamos por más, ¡Vamos Hebraica!
Por Ariel Edelstein.