Hebraica volvió al Estadio Municipal de Hurlingham para medirse ante Boca por los cuartos de final de la Supercopa. El equipo de Alan Rebek jugó un partidazo y estuvo muy cerca del ansiado lugar en semifinales. Queda esa sensación extraña de caer por penales pero no hay dudas de que este partido fue solo el final de nuevos prinicipios. ¡Vamos Hebraica!

Tras la clasificación ante Secla del pasado domingo, Hebraica enfrentó a uno de los candidatos al titulo ante un estadio repleto en Hurlingham con la ilusión de alcanzar las semifinales del certamen.
Quinteto titular con Lucas Oliveira, Ariel Birencwaig, Agustín Raigada, Rodrigo Escosteguy y Brian Contreras. Ingresaron Gastón Broggia, Luis Montenegro, Mateo Flores, Gabriel Edelstein, Jorge Aguilar y Federico Arruguete. Completaron el banco Valentín Cohen, Angel Monzon y Pablo Pastor.
Apenas 17 segundos marcaba el reloj cuando Rodrigo Escosteguy asistió a Agustin Raigada para el 1-0. Ambos equipos buscaron la presión en la salida rival, construyendo un partido de muchísima intensidad. Recién a 30 segundos del cierre de aquella etapa, Boca alcanzó el empate a través de Leguizamon con un rápido y preciso ataque de arquero jugador.
En la segunda mitad, otra vez al minuto, Raigada puso arriba al equipo de Alan Rebek. Boca se acercó con dos remates en los palos y llegó a un nuevo empate con un remate cruzado de Vidal. En esa misma jugada, un movimiento desafortunado de Lucas Oliveira en el arco de Hebraica terminó siendo una fuerte lesión. ¡Desde toda la familia de Hebraica Futsal deseamos una pronta recuperación para Lucas!
Boca volvió a buscar con arquero jugador y Fede Arruguete tuvo un remate de arco a arco qué pasó muy cerca. El 2-2 no se modificó y otra vez los penales decidirían la suerte del semifinalista. Hebraica comenzó atajando y convirtieron Rodrigo Escosteguy y Mateo Flores. Gastón Broggia y Agustin Raigada fallaron en la serie y Boca ganó por 4-2.
Nada para reprocharle a un equipo que jugó como el partido lo ameritaba. En pocos días se conocerá el fixture y el camino en el torneo hacia nuevos desafíos. Este final es solo el inicio de un nuevo camino. ¡Vamos Hebraica!
Por Ariel Edelstein.